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Cómo tiene que ser el suelo de una parcela para que levantar la casa no salga más caro

Para elegir una parcela donde levantar una casa no hay que pensar solo en la vista y si hay señal de internet para teletrabajar: hay que mirar bien el suelo donde se va a construir porque hay algunos donde sale mucho más caro edificar

Para elegir una parcela donde levantar una casa no hay que pensar solo en la vista y si hay señal de internet para teletrabajar: hay que mirar bien el suelo donde se va a construir porque hay algunos donde sale mucho más caro edificar.

Antonio González, constructor civil de la Universidad Católica y cofundador de Casa Brunel, firma especializada en obras en terrenos rústicos, asegura que en los menos aconsejables son arcillosos, arenosos y rocosos porque requieren obras adicionales para fundar los cimientos. “Todo Chicureo, Lampa, Batuco y algunas partes de Lo Barnechea tienen suelo arcilloso. Su capacidad de soporte es baja. Uno siempre ve el suelo como algo inamovible, rígido, pero frente a un terremoto, el terreno se mueve. Un terreno blandito, obviamente se va a mover más, se va a deformar más y la casa va a sufrir más daño. Uno hace una excavación y no salen piedra, sino material fino”, detalla. Lo mismo ocurre con los suelos arenosos: resisten menos. Tampoco sugiere terrenos rocosos porque estas pueden interferir en las fundaciones de la construcción. “Hay que anclar las fundaciones o remover las rocas. En ambos casos es un problema y un costo adicional”, plantea.


Los terrenos arcillosos necesitan refuerzos para que la construcción resista bien los sismos

Edificar en la ladera de un cerro implica cortes de terreno y muros de contención que cuestan hasta $20.000.000




¿Cuáles son idóneos? -Los buenos suelos son los que uno encuentra en la parte sur de Santiago, en Talagante, Calera de Tango, Buin, Pirque, Isla de Maipo y Peñaflor. Son suelos gravosos, compuesto por piedras chiquitas y mezcla de tierra. Son más firmes y tienen más capacidad de soporte ante un terremoto. Más costos y trabajos “Una persona puede comprar un terreno en un sector con pendiente, pero desconoce los trabajos y montos asociados a esta labor. Para edificar en ese tipo de áreas se deben hacer cortes de terreno e instalar muros de contención. Ese tipo de trabajo tiene un costo que va de entre $10.000.000 a $20.000.000. Eso puede matar el proyecto, ya que no deja plata para construir la vivienda”, enfatiza González.

Dice que los compradores enganchan porque tienen bonita vista y en algunos casos porque son más baratos. Otro punto que agrega son las aguas subterráneas. “Por todos lados hay, pero en distintas profundidades. Lo ideal es que esté a más de cuatro metros de profundidad. El problema se produce cuando la napa está muy arriba, generando humedad en la casa. Para evitar eso, se deben realizar obras que impidan el traspaso de la humedad, que pueden encarecer el proyecto”, advierte. Respecto a cómo saber su profundidad, se puede solicitar ese informe al vendedor de la parcela o contratar ingenieros especializados en estudios de mecánicas de suelos. Hay municipios como el de Colina que lo exigen para otorgar el permiso de construcción. “Este estudio analiza las distintas capas del suelo, su espesor, composición, resistencia, permeabilidad, etcétera. Cuesta entre 40 ($1.246.902) o 60 UF ($1.870.354). Para algunos hogares es prohibitivo”, señala. Que tenga canales de riego también puede ser provechoso. “Uno puede regar con esa agua una parcela de 5.000 metros cuadrados. Lo importante es que esté diseñado en el perímetro de la parcela. Una me pasó de ver que el canal iba por el medio de la parcela y se complejizó la construcción”, relata.

Servicios básicos

González sostiene que el terreno debe tener empalmes de luz y agua. “No es lo mismo que el terreno diga que tiene factibilidad de instalación: debe mencionar que están instalados. Si no los tiene, hay que realizar los trámites de empalme ante las compañías y pagar. En el caso de la luz cuesta entre $300.000 y $1.800.000. En el caso del agua el precio va desde $200.000 hasta $800.000. Es como un costo escondido que la gente no sabe”, indica.

Francisco Azagra, urbanista y académico de la Universidad Central, señala que muchas personas optan por este tipo de terrenos para también compatibilizar su vida de trabajo con un entorno más natural. “Es clave que la parcela goce de conectividad y servicios para que las personas puedan trabajar”, afirma. ademas , agrega que la ubicación es fundamental: “Lo ideal es que pueda estar cerca de servicios, bombas de bencina, salud, entre otros”.

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